Los grupos de personas con intereses en común, existen casi desde el principio de la misma humanidad, trasladando el tema a cuestiones de tecnología, recuerdo que hace tiempo un amigo me platicaba de comunidades enfocadas a ciertas tecnologías en particular como lo son linux o programación web por mencionar algunas, he de confesar que la programación nunca me ha llamado tanto la atención por lo cual no me interesaba mucho el tema.
Mi perspectiva con respecto a las comunidades cambio cuando conocí Tequilla Valley #TQV, un grupo de personas emprendedoras apasionadas por la tecnología, esta comunidad nace formalmente el 07 de Noviembre de 2008, poco después de un evento llamado México 2.0 el cuál sirvió a los fundadores de esta comunidad para darse cuenta de que en México como en muchos otros países, existía la necesidad por parte de un amplio número de personas de compartir el conocimiento que tenían con respecto a sus experiencias tecnológicas, así tomando el modelo de Valleys que en Argentina estaba teniendo mucho auge en esos momentos, se decide crear TQV.
A mi mente viene el recuerdo de un evento llamado “Domingo por la Mañana”, el cual posteriormente los “tequileros” (así se hacen llamar los integrantes de esta comunidad) transformarían en los eventos llamados “Destilando Web”, evento mensual organizado por la comunidad para presentar proyectos enfocados y desarrollados por diversas tecnologías, en este caso a diferencia de comunidades enfocadas a tecnologías en especifico lo que busca TQV es promover el desarrollo tecnológico en México sin darle prioridad a cierto tipo de tecnología en particular.
De esta manera y gracias las tecnologías 2.0 como lo son las redes sociales (Facebook, Twitter,Vimeo Flickr) y blogs, TQV creció rápidamente, se organizaron grupos locales en estados como Mérida, Guanajuato, Guadalajara, Puebla, Tlaxcala, Toluca, Jalapa, Monterrey, Chiapas, Durango, Veracruz, Querétaro, Nayarit, Distrito Federal, Yucatán y el Estado de México.
Al ver todos los estados que cuentan con un grupo local podemos imaginar que son muchos los integrantes que conforman esta comunidad, de hecho se hizo el intento de tener un registro de cada uno de los miembros, el problema fue que se dejo abierto a quien quisiera registrarse, por lo cual la estadística obtenida de dicho registro no era la más óptima, sin embargo gracias a este crecimiento hoy en día existen integrantes que iniciaron en TQV y que ahora han desarrollado sus propias comunidades hermanas a TQV esto ha permitido forjar diferentes sinergias.
A pesar del crecimiento de la comunidad, TQV no ha pensado en capitalizar o monetizar de alguna manera sus actividades como comunidad, algo muy respetable al observar que es una comunidad que se basa en impulsar el desarrollo tecnológico en México por medio del networking y coworking de sus integrantes, es más, si pensamos en un modelo de negocios de TQV podemos decir que el ser un tequilero te abre las puertas para conocer gente y desarrollar proyectos en conjunto que posiblemente en un futuro se puedan capitalizar en cuestiones monetarias.
Sin duda alguna las comunidades representan grandes oportunidades de desarrollo tanto profesional, económico y personal, es por eso que la creación de más TQV podría beneficiar el emprendimiento y desarrollo en nuestro país que tanta falta hace, larga vida a las comunidades que tienen como objetivo principal estos temas.
Agradezco a Laura Hoyos (@lauradark) por su ayuda y tiempo que me dio para poder llegar a hacer este post.